SOY PRINCESA GUERRERA HIJA DE DIOS
❀ ❀ ❀HOLA ❀ ❀❀
❀ EL AMOR , SIN TERNURA NO ME VALE, NO ES AUTÈNTICO ❀
❀El amor sin ternura no me vale, no lo quiero. No es auténtico. Porque
para mí es el lenguaje más culto y delicado de la afectividad. En cada
palabra, en cada gesto y en cada abrazo ofrecido con ternura se
destapa el frasco de nuestras esencias más íntimas, esas que nos reafirman
en nuestro vínculo con la persona amada. ❀
❀“Ternura” es ese tipo de palabra que solo encontramos ya en el museo de las
acciones olvidadas. Además, no todos estamos hechos de ese material con
el que la afectividad encuentra sus propios caminos, sus vetas, sus
recovecos para dar auténtico sentido al amor. Se necesita de cierta serenidad y
cierta calma interior para recrearnos en esas sutilezas en las que se inscriben
los mimos, y ese cariño sincero que acaricia la piel y hace latir el corazón. ❀
❀“Nada es pequeño en
el amor. Aquellos que esperan las grandes oportunidades para demostrar su
ternura no saben amar” ❀
❀La ternura es, por encima de todo, un acto de donación y la
expresión más auténtica de la afectividad. ❀
❀El ejercicio cotidiano de la ternura nos dignifica ❀
❀La ternura nos dignifica como seres humanos. Nos permite
integrar un conocimiento en el que lo simple adquiere por fin esa esencia más
digna y más sabia, que derriba artificios, egoísmos y materialismos, para
encontrarnos piel con piel y corazón con corazón frente al ser amado. ❀
❀Ahora bien, hay un aspecto
que no podemos olvidar. Tal y como hemos señalado, no todos saben ni pueden ofrecer una
auténtica ternura. Se necesita de una buena dosis de paz
interior, de madurez emocional y de autoconocimiento. Porque para querer
con pasión y honrar con ternura, necesitas ofrecer lo mejor de ti, y esto,
nunca será imposible cuando aún estamos huyendo de nosotros mismos. ❀
❀Además,
otro aspecto a tener en cuenta sobre el ejercicio cotidiano de la ternura es
que no solo se expresa a través de los momentos más íntimos. En el arte de la
sexualidad esta dimensión se expresa en lo corporal. No obstante, aquellas personas más sabias en el
compromiso de la donación a través de la afectividad, saben que la ternura
es cercanía y es
el deseo de recrearse en el lenguaje del cariño
para complacer el corazón de la otra persona. ❀
❀La afectividad como camino de autoconocimiento ❀
❀A ninguno de nosotros nos han enseñado cuáles son las bases del amor más
enriquecedor, el que no hiere, el que permite crecer. No nos lo han mostrado ni
enseñado en un libro, pero lo hemos visto y vivido en esa infancia en la que
cada niño se le inicia en el mundo de los afectos, de un modo más o menos
acertado. ❀
❀La ternura es el vìnculo más poderoso, imprescindible para
fortalecer un apego más sano y más fuerte entre un hijo y sus padres. Es
también el sostén emocional más importante para un niño. Más tarde,
integraremos estos significados, estos gestos y estos rituales de afectividad
con nuestros seres amados. ❀
❀Esto nos demuestra que la ternura debería estar presente a
lo largo de todo nuestro ciclo vital. Porque el cuidado, el mimo y el
afecto ponen al descubierto una correcta educación de los sentimientos. ❀
❀Al practicarlos sin reticencias o miedos, nuestra forma de comunicar se
vuelve más hábil. Sabemos elegir las palabras para sumergirnos en las miradas, somos
sabios arquitectos de esa cercanía que nutre el cariño, que apaga los miedos y
que sofoca las dudas. Porque no hay nada tan poderoso como un abrazo cuando el
ser amado más lo necesita, pero aún es más satisfactorio ofrecerlo sin que
exista una razón concreta. Solo porque así lo demanda nuestro corazón. ❀
❀Visto esto, sabemos ya lo importante que resulta
“educarnos” en la maestría de la afectividad y doctorarnos en la escuela de la
ternura. Solo así
conseguiremos construir vínculos más sólidos, más significativos. Porque lo
creamos o no, quienes de verdad dan fuerza y aliento al amor son la ternura, el cuidado y ese cariño que se
inscribe en las cosas más simples, las más elementales del día a día. ❀
❀La expresión de la
ternura, y esto no podemos olvidarlo, es suave, delicada y valiente. Porque nos obliga también a destapar el baúl de nuestras propias
esencias para compartirlas con el ser amado sin miedos. Nos dejamos conocer sin
muros ni defensas para
allanar cualquier camino y propiciar así un encuentro más pleno, a la vez que
excepcional.
Porque la ternura es al fin y al cabo aquello
que vitaliza al anciano que duerme al niño y que desarma al hombre… ❀
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