SOY PRINCESA GUERRERA HIJA DE DIOS
❀ ❀ ❀HOLA ❀ ❀ ❀
❀ ❀ ❀HOLA ❀ ❀ ❀
❀Cuando el miedo asfixia al amor❀
❀Una pregunta. ¿Puedes imaginar qué pasaría si las emociones fuesen
capaces de disfrazarse de otras emociones distintas? Es más, ¿qué podría
ocurrir si existiesen emociones negativas capaces de esconderse dentro de
emociones positivas? ¿Seríamos capaces de afrontarlas? Pongamos el peor de los
casos. Una de las peores emociones disfrazada como una de las mejores: ¿Qué
pasaría si el miedo suplantase al amor? ❀
❀El amor, entendido como un amor romántico:
ese “Big-Bang” de emociones que se generan entre dos, dentro
de las que estarían la atracción, el compromiso, la intimidad y la
pasión. Un fenómeno que afecta hasta a la última célula de nuestro cuerpo,
pasando claro está por nuestra mente, emociones e incluso gustos y preferencias. ❀
❀¿Cómo podría el miedo esconderse dentro de una emoción como esta?
Imaginemoslo: vivir enamorados y con miedo. ¿No se trata el amor a fin de
cuentas de un acto de valentía y de generosidad con la otra persona y con
nosotros mismos? Quizás debamos dar una vuelta de tuerca y aclarar qué
significa que el miedo se disfrace. Pongámoslo de otra forma. ¿Qué
pasaría si el causante, el que hace que aparezca el amor, no fuese otro que el
miedo? ❀
❀Cuando el miedo asoma ❀
❀En primer lugar, la pregunta del millón: ¿por qué el miedo? Bien,
debemos ser justos con nuestra humanidad y admitir que esta emoción nos ha
acompañado desde el principio de los tiempos, facilitándonos el escape o la
lucha para sobrevivir. Así, ante un evento emocional tan abrumador como es el
amor, es normal que se activen nuestros miedos, avisándonos de que el
cambio podría ser malo. ❀
❀Así, precisamente
al activarse tan fácilmente, es por lo que ha dejado de tener la utilidad que
tenía antes. Hoy día respondemos desproporcionadamente ante eventos que no son
amenazantes. Mejor dicho, tildamos de amenazantes eventos que solo pueden
hacernos bien. ❀
❀Solemos decir que el miedo deja de ser útil cuando nos
paraliza, evitando que disfrutemos, suframos o simplemente vivamos. Esas
historias previas de abandonos, de rupturas abruptas, de dolor y
sufrimiento dejan mella en nosotros, y condicionan nuestra
forma de entender y recibir el amor. No convertimos en miedosos
compulsivos del amor, intentando escapar de ese sufrimiento que supuso la
relación, o incluso, ese sufrimiento que supone la soledad y el no sentirse
querido. ❀
❀Los disfraces del miedo ❀
❀Ya hemos visto las primera claves. No obstante, si el miedo se activa
con tanta facilidad, y el amor es capaz de activarlo por nuestros males de
amores previos, ¿cómo se manifiesta entonces? Veamos algunos
ejemplos. ❀
·❀
La “búsqueda del amor”. Mejor dicho,
el disfraz favorito del miedo a la soledad a permanecer solos.
Miedo por cortesía de esos clichés que meten en nuestra cabeza de
que “estar solo es terrible”. Este miedo toma otra dimensión cuando,
conscientes o no de él, nos empuja a buscar compulsivamente a
esa pareja, para evitar el terrible destino final. Corremos un gran
riesgo; intentar controlar al amor, su destinatario, desarrollo y
desenlace.❀
· ❀
La duda. Digamos que el amor ha llamado
a nuestra puerta y la hemos abierto de par en par. No obstante, una sombra
decide alojarse en nuestra mente en una de sus formas favoritas;¿será
este mi momento? ¿Me estaré precipitando? ¿Es esto lo que realmente
quiero? En este caso, el miedo al desamor no se esconde.
Sabemos que lo hemos pasado mal, e intuimos que esas dudas son formas que
nuestras cicatrices emocionales tienen de palpitar.❀
·❀
El perfeccionismo exagerado. Aquella
situación en la que sentimos una urgencia y una necesidad absolutas de
complacer y agradar a la pareja, llegando a modificar nuestra
personalidad; todo para que “todo vaya bien“. Tan solo
imaginarnos abandonados de nuevo y nuestro mundo se hunde. Es el
miedo que conecta con nuestro lado más humano: el miedo a la pérdida, amenazando con
arrebatarnos a alguien vital. Y lo consigue si dejamos que contagie a
nuestra pareja.❀
❀¿Aceptar o combatir? ❀
❀Llegados a este punto en el que sabemos el por qué y el cómo, la
pregunta lógica es: ¿estamos solos ante el peligro? Ni por asomo. No
obstante, es necesario que, antes de comenzar a pensar en miedo o en
amor, seamos conscientes de nuestra humanidad. De nuestra necesidad de
amor y nuestros miedos como personas. Que comprendamos que el miedo estará
cerca, y que nosotros podemos aceptarlo y optar por el amor, o no. ❀
❀Luego encontramos algo que también es inseparable de la vida y de la
condición humana: el tiempo. Puede resultar obvio, e incluso “trampa” el sacar
la carta del tiempo, pero aun así, sigue siendo una de las cartas más
altas. El tiempo y su capacidad sanadora influye en
nosotros más de lo que imaginamos, y nos ayuda a observar desde otra
perspectiva los eventos que originaron los miedos que hoy nos
atenazan. ❀
❀Por último, estamos nosotros como personas individuales, con
nuestro aprendizaje y sabiduría personal. Y sobre todo,
nuestra infinita capacidad de querer y nuestras ganas inagotables de ser
queridos, integrados y apreciados. ❀
❀Ese amor que hemos sentido, con todo lo que él implica nos da la
extraordinaria capacidad de volver a querer. ¿Y qué mejor que el
exponernos a esa soledad, a esa duda y a esa pérdida y volver a elegir el querer? Seguramente
así acabaremos asfixiando al miedo con nuestro amor y no al revés. ❀
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