sábado, 28 de mayo de 2016

❀ ¿HAY QUE PERDONAR AL ABUSADOR PARA SUPERAR EL DOLOR? ❀



 
SOY PRINCESA GUERRERA HIJA DE DIOS
❀ ❀ ❀HOLA ❀ ❀ ❀


¿Hay que perdonar al abusador para superar el dolor?
Perdonar es una actuación que a veces resulta sumamente difícil de practicar. Perdonar consiste en enviarle a quien nos generó dolor y sufrimiento el mensaje de que nuestra vida va a seguir, a pesar de lo que ocurrió y que no vamos a perder nuestro valioso tiempo pensando en alguien que no merece nuestros pensamientos, ni nuestras lágrimas, ni que le dediquemos ni un segundo más.

Desde luego, el perdón tiene la facultad de hacernos libres ya que si es verdadero y creemos en él, nos despojamos del rencor, de la sed de venganza y del odio, sentimientos que al alimentarlos solamente nos dañan a nosotros mismos y a quienes no apoyan.

No obstante, es importante no confundir perdón con olvido. Si alguien nos ha hecho mucho daño a nivel físico o psicológico, como es en el caso de un abuso sexual, no lo olvidaremos porque nuestra mente está preparada para facilitar el aprendizaje, precisamente a través de las experiencias.







Esa huella quedará en nuestra alma para siempre, pero es importante que aprendamos a convivir con ella y a hacer una vida lo más normal y funcional posible, a pesar de todo.






¿Qué es perdonar y qué no lo es?
Como hemos explicado, perdonar es dejar de malgastar nuestro tiempo, nuestro ser y nuestra vida sufriendo por algo que ya es inmodificable. Lo que pasó, pasó y desgraciadamente, no poseemos la capacidad para borrar ese hecho penoso del pasado, pero sí que tenemos el poder para construir nuestro presente y nuestro futuro.

Perdonar es entender que aún nos queda mucho tiempo por delante, para realizar nuevos proyectos apasionantes, para conocer a personas maravillosas que nos aportarán mucha sabiduría  y bienestar, para enamorarnos, viajar, disfrutar de nuestras aficiones…


Y que nadie, absolutamente nadie, puede cortarnos las alas para llevar a cabo todo esto, a no ser que nosotros mismos lo permitamos y le demos ese poder.


Perdonar es que en nuestros pensamientos exista más de presente y futuro, que de pasado. Es abandonar los lamentos de lo que ya no está en nuestras manos y sustituirlos por la ilusión de lo que está por llegar. Es no dejar a nuestra mente a merced de recuerdos angustiosos y oscuros, si no obligarla a venir al aquí y ahora.

Pero ¡ojo!: perdonar no es pasar de todo lo que ha ocurrido como si nada, como si no fuese algo importante, por supuesto que lo es. Por eso perdonar es aceptar, pero no es conformarse. Hay que actuar, moverse, intentar que el abusador pague por lo que ha hecho, que sus actos tengan consecuencias.


Perdonar no es olvidarlo todo de la noche a la mañana, eso es imposible. Tienes sentimientos y esa herida ha de drenar para sanarse.


Tienes derecho y es beneficioso acudir a una terapia  , que alguien te escuche, entienda cómo te estás sintiendo y puedas expresarte. Con el tiempo, las heridas cicatrizan…





El duelo nos llevará al perdón
Evidentemente, perdonar es un acto difícil, teniendo en cuenta que, por ejemplo, si hablamos de un abuso de tipo sexual, nuestra autoestima ha quedado hundida, el miedo nos inunda y la desesperanza recorre nuestro ser. Y es normal, por eso es importante saber que solo podemos perdonar cuando ya hemos elaborado el  duelo.

Si las emociones existen, es por alguna razón justificada. La naturaleza no ha colocado las cosas porque sí. Las emociones negativas, pero sanas, como la tristeza, nos van a ayudar a asimilar todo lo que ha ocurrido y a expresar nuestro dolor. Una vez completado este proceso, podremos llevar a cabo el acto de perdonar y volver a retomar nuestra vida o incluso crear cambios y hacerla aun mejor.







Para elaborar un buen duelo, lo primero que tienes que saber es que sentirte triste, enfadarte con el mundo y tener pensamientos negativos es normal, no te juzgues por ello. Es una herida que ahora mismo está sangrando.



Pasarás por distintas fases: negación, ira, depresión, aceptación… No te preocupes, vívelas como parte de la sanación emocional que tienes que pasar.Tras todas estas etapas y una vez lleguemos a la aceptación de lo ocurrido, podemos, y es beneficioso que lo hagamos, pasar a la acción de perdonar a quien nos hizo daño.
Para ello, has de pensar que las personas que cometen actos malos, no son malas personas, sino personas enfermas o confundidas. En el fondo la mayoría de las veces afortunadamente esto es cierto y digo afortunadamente porque frente a las dos explicaciones causales se puede intervenir.






Te queda mucha vida por delante para que te sucedan millones de cosas buenas y no merece la pena quedarnos más tiempo del necesario aferrados al pasado.


Tienes capacidad de resiliencia, es decir, de salir a flote a pesar de la adversidad que te ha tocado. Saca esa fuerza y sigue tu vida de la manera más normal que puedas, poco a poco, pero no dejes ni abandones tus proyectos e ilusiones.

Al final, te darás cuenta que solo el perdón te hará libre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.