SOY PRINCESA GUERRERA HIJA DE DIOS
❀ ❀ ❀HOLA ❀ ❀ ❀
❀ ❀ ❀HOLA ❀ ❀ ❀
❀Una caricia tuya y mi alma se reinicia ❀
❀Una caricia de la persona amada tiene el poder de reiniciar nuestra
alma. Es como el rumor tibio de un océano ondeando en plácidas
sensaciones por nuestro cuerpo, apagando miedos, surcando los recovecos
de las incertezas para fusionar fronteras entre lo mío y lo tuyo. Porque hay
caricias que curan y manos sabias que acarician la piel para llegar al alma. ❀
❀El arte de acariciar requiere, por encima de todo, que seamos buenos
artesanos del mundo emocional. Porque lo creamos o no, esta música
de los sentidos y los placeres tiene su batuta en el cerebro. Es él quien nos
señala qué persona tiene derecho a acariciarnos y él quien procesa qué tipo de
caricias son las que nos aporta mayor bienestar. ❀
❀Las caricias, los abrazos y las miradas de los seres que amamos son tan
necesarias en nuestra vida como lo son las raíces para un árbol. Sin ellas, nos
iríamos marchitando poco a poco. ❀
❀Algo curioso que deberíamos tener en cuenta es que en nuestro
ADN aparece codificada ya esa necesidad por el contacto físico para sobrevivir
como especie. Un recién nacido, por ejemplo, no puede
madurar de forma saludable si no es acariciado, abrazado, mecido. También
nosotros, al llegar a la edad adulta, necesitamos de estos gestos cargados de
afectos para fortalecer el lazo con nuestros seres amados. ❀
❀Acariciar no es solo un arte destinado al placer físico. Es un
acto de reafirmación y pertenencia, un lazo que se establece desde los sentidos
para dar seguridad a nuestro cerebro. ❀
❀La caricia diaria que reclama tu cerebro ❀
❀En un interesante y completo artículo publicado en la revista “Psychology
Today “, se definía el amor de una forma muy acertada: es la búsqueda
de una conexión segura y enriquecedora con otro ser. A través de este
vínculo, las personas quedan unidas emocionalmente para nutrirse, calmar miedos
y protegerse la una a la otra. ❀
❀Todos, desde que nacemos, tenemos esa necesidad de construir relaciones
seguras, ahí donde las muestras de afecto son la expresión inequívoca de dichos
sentimientos. Es aquí donde una caricia se erige siempre como un tipo de
lenguaje con un alto poder capaz de trascender las palabras para traspasar la
piel y los sentidos. De este modo, se fortalece el vínculo, y el cerebro, nos
gratifica con una buena dosis de endorfinas.
Ahora bien… ¿Qué es lo que ocurre
en este contexto neuronal cuando hay carencia de caricias o ausencia de
contacto físico de la persona amada? Lo podemos resumir en dos ideas muy
claras. ❀
❀ Cuando no hay expresividad emocional, cuando un miembro de la
pareja no recibe muestras de afecto, caricias o abrazos, se produce una
“desconexión”, y el cerebro, entra en pánico.❀
❀ Esta falta de apego expresado en el contacto físico y en las palabras
emocionales, genera soledad y a su vez, una compleja situación de estrés que la
mente entiende en un primer momento como una amenaza. La falta de caricias es
una falta de reafirmación del amor. Es un vacío profundo en el alma que
el cerebro traduce en forma de estrés.❀
❀El arte de saber acariciar ❀
❀Ahora ya sabemos que el centinela que guía y alumbra el placer
de una caricia y quien las reclama como un alimento diario, es el cerebro.
No basta pues con “tocar”, es necesario saber seducir y reafirmar el
vínculo, porque el contacto físico que genera bienestar, placer y seguridad debe
ser ofrecido por alguien significativo que a su vez, sea un buen artesano del
mundo emocional. ❀
❀A veces, cuando acariciamos una piel, buscamos también acariciar el deseo
que nos despierta nuestro propio deseo en la otra persona❀
.
❀La piel es un campo minado por cinco millones de terminaciones nerviosas, y eso es algo
fascinante, porque nos abre todo un mapa que descubrir, que atender y que
activar. Por ello, estamos seguros de que te gustará descubrir cuáles son esos
mecanismos capaces de generar las caricias más placenteras, esas que reinician
nuestra alma. ❀
❀El fascinante mapa de nuestra piel se conecta con nuestras emociones ❀
❀El cerebro reacciona de un modo asombroso al tacto. Es algo
tan puro, instintivo y casi mágico que nos hace comprender desde bien niños que
un rostro que llora puede calmarse con abrazos. Que las preocupaciones se
alivian con caricias y que una palmada en el hombro o la espalda nos confieren
cercanía y aliento. ❀
❀Según un artículo publicado en “ The Journl of Neuroscience una
caricia es como una partitura para nuestro cerebro, y dependiendo de quién nos
la ofrezca y en qué contexto, detonará una emoción u otra. ❀
❀ Las caricias más placenteras ofrecidas a nivel de pareja, son aquellas
que se ofrecen a 1,3 y 10 centímetros por segundo. Una cadencia sutil y
perfecta que activa los llamados “mecanorreceptores” los cuales, envían al
cerebro un mensaje rotundo: el del placer.❀
❀ El cerebro nos permite “conectar” con las personas
a través del tacto. Una caricia es también un detector emocional del miedo, del deseo o de
la tristeza. La razón de ello se
debe a la región profunda del cerebro clave en el universo emocional.❀
❀Un tema sin duda fascinante que nos recuerda la importancia de practicar
cada día esta ciencia para la que no se necesitan doctorados. La
maestría en caricias es algo que siempre está al alcance de nuestras manos. ❀