martes, 23 de enero de 2018

❀¡SIMPLEMENTE GRACIAS!❀


 

PRINCESA GUERRERA HIJA DE DIOS 


¡SIMPLEMENTE GRACIAS!

Gracias a todos los que vas llegando. Gracias a todos los que permanecen. Y gracias también a los que un día estuvieron y luego buscaron nuevo rumbo. La vida es un trasiego constante y uno debe quedarse solo en el lugar en el que puede aprender algo y progresar.💋

❀Demarco Flamenco feat Maki - La isla del amor❀






❀Demarco Flamenco feat Maki - La isla del amor❀


jueves, 18 de enero de 2018

❀NO NECESITAS DEMOSTRAR NADA A NADIE❀




PRINCESA GUERRERA HIJA DE DIOS 

NO NECESITAS DEMOSTRAR NADA A NADIE
 Intentar ser mejores o mostrarnos particularmente superiores en algún aspecto al promedio es una señal inequívoca de inseguridad. Aunque ninguna persona necesita demostrar nada a nadie, hay quienes piensan que sí y actúan en función a ello.

Lo que nos lleva a tratar de demostrar algo y justificarnos ante los demás es la inseguridad, sobre todo cuando existe un gran abismo entre cómo nos vemos y cómo deseamos ser vistos. En el fondo lo que existe es un profundo deseo de que los demás nos validen. Por eso, en lugar de sentir que no necesitamos demostrar nada a nadie, nos invade la sensación contraria.

Cuando esto es asi, nos comparamos con los demás e incluso, necesitamos probar que somos mejores que ellos en algún aspecto. Pero lo que obtenemos al final es una satisfacción vacía y falseada. Las personas con alta autoestima, no se siente superiores a los demás, no buscan probar su valor comparándose con los demás disfrutan siendo quienes son no siendo mejor que los demás.



  SI HAY AMOR NO NECESITAS DEMOSTRAR A NADIE .-  La clave de todo esto se encuentra en el amor propio. Muchos creen que el amor propio es lo mismo que la soberbia, el narcisismo o la prepotencia. Sin embargo, en realidad es todo lo contrario. Cuano más amor propio exista, menor será la necesidad de alardear de ser los mejores, y despreciar a los demás.









 Tener amor propio significa sentirse merecedor de aprecio, respeto y valoración, por encima de cualquier circunstancia. Esto quiere decir, que el sentimiento de valía, no depende desde algo externo, y ni siquiera de los logros personales, sino de nosotros mismos.  

El amor propio es esencial y no coyuntural. De ahí que cuando existe ese sentimiento de valoración por lo que uno es, nunca se necesita demostrar nada a nadie. No existe ese afán competitivo, ni el deseo de despertar sentimientos de admiración o de temor en los demás. La persona se siente valiosa tal y como es, solo por el hecho de ser y existir.




SER Y DEMOSTRAR SER, DOS REALIDADES DIFERENTES.- Demostrar algo que no se es o que solo se es parcialmente, implica un enorme gasto de energías emocionales. La constante en esos casos es la tensión interna. De ahí al estrés, solo hay un paso. Es angustiante tener que construir y sostener una especie de máscara, y luego depender del impacto, que cause en los demás, para validarlos.






Lo que se pretende con este tipo de comportamientos es probar algo. Ese algo podría ser que somos determinada clase de personas (sociables, inteligentes, etc.). También, es posible que intentemos demostrar que en realidad, experimentamos determinados sentimientos, o pensamientos (compasión, patriotismo, amor, etc.).

Por supuesto, también existen los casos en los que se busca evidenciar que no se es algo o no, se siente algo. Por ejemplo cuando queremos probar que no sentimos miedo, y para ello realizamos acciones temerarias. O cuando queremos demostrar que no somos ignorante e intentamos hacérselo parecer a los demás.

Todo ello es consecuencia de la no aceptación de uno mismo. Se rechaza determinados aspectos personales por razones neuróticas. Esto quiere decir que los motivos que ocasionan dicho rechazo no tienen que ver con un razonamiento sano, sino con un deseo ilusorio de “ser otros” para satisfacer mandatos sociales, familiares, etc. De modo que aunque uno nunca necesita demostrar nada a nadie, en esos casos opera la lógica contraria.




UN ASUNTO DE ILUSIONES.-   Lo que hay en el fondo de una persona que está en función de demostrar que es algo, que siente algo o que puede algo es una ilusión. De manera inconsciente sostiene la idea ilusoria de que al demostrarlo terminará consiguiendo la aprobación de los demás. Y, a su vez, tal aprobación, le ayudará conseguir el sentimiento de valor personal que tanta falta hace.







En la práctica, lo que ocurre es lo contrario. La falta de autenticidad, se convierte en un obstáculo, tanto para aprender, a aceptarse como para lograr ser aceptada. Al fin y al cabo, las máscaras siempre acaban por descubrirse o desaparecer.

❀Ahora bien, ninguna persona necesita demostrar nada a nadie. Si existe ese deseo es porque dentro hay algo que está agrietado, roto o lesionado. La mayor prueba de confianza, y fortaleza personal a ser uno mismo.


La desmesurada necesidad de aprobación solo conduce a un círculo vicioso en el que cada vez nos sentimos menos libres y valiosos.

martes, 16 de enero de 2018

❀JUGUEMOS A IMAGINAR QUE NO TENEMOS FECHA LÍMITE❀




  PRINCESA GUERRERA HIJA DE DIOS 

JUGUEMOS A IMAGINAR QUE NO TENEMOS FECHA LÍMITE
Vamos a jugar a que no tenemos fecha límite, a que todo lo que ahora ocurre puede que acabe o puede que no. Vamos a jugar a que lo damos todo sin importar lo que venga después. Cierra los ojos, concéntrate y conecta con el niño que tiene en tu interior. ¿Comenzamos?

Imaginemos que no hay un final, que estamos inmersos en lo infinito y que por ello, podemos mirar hacia el más lejano horizonte. Sin fecha límite, nuestros miedos se disipan, es más fácil lanzarnos, y apostar por todo aquello, que un día soñábamos. Solo vemos la luz de todo lo bueno que está por venir.

Vamos a imaginar también que somos capaces de dar lo mejor pero no por miedo, a que acabe sino, porque realmente queremos, y lo disfrutamos. En el trabajo, en nuestro tiempo libre, con nuestra familia, amigos y cuando estamos juntos los dos. Lancémonos a amar como si no hubiera un mañana, a cantar como si la canción fuese eterna y a bailar como si no hubiera un final ni fuéramos a envejecer.

Juguemos a imaginar que la fecha límite no está escrita, que no hay caducidad. Dejemos que el niño cree y el adulto haga, siendo parte los dos, de una misma persona.Imaginemos sin límites, sin restricciones, sin pensar cuándo acabará, solo en cómo está pasando. Juguemos sin marcar el final.




LA FECHA LÍMITE SE MARCA SOLA





No podemos comenzar algo temiendo su final, y aun sabiéndolo deberíamos arriesgarnos. Lo importante no es qué pasará sino cómo, pero la mayoría de las veces lo olvidamos. Arriesguémonos como si no hubiera fecha límite, porque el cómo de la historia puede cambiar el qué de lo que ocurre al final.

La vida da mil vueltas y cada día ocurren cosas maravillosas que cambian todos los planes que teníamos. No dejemos de intentar algo porque creamos conocer lo que va a ocurrir. Dejémonos invadir por la incertidumbre y arriesguémonos como si no supiéramos cómo fuera a terminar, como si la magia pudiera hacer que el camino dibuje nuevas rutas.

A veces, la fecha límite se marca sola, pero no olvidemos que cada decisión, independientemente del tamaña que tenga, fija un nuevo rumbo. Dibujemos nuevos comienzos, y dejemos que las cosas ocurran, dejémonos llevar para disfrutar cada momento y así poder dar lo mejor de nosotros mismos. Porque el presente es lo único que tenemos entre las manos.



LA CADUCIDAD ES COSA DE PRODUCTOS, NO DE VIDA





Caducamos cuando morimos por dentro no cuando dejamos de respirar. Marcamos nuestra fecha límite cuando hacemos que cada día sea igual al anterior, cuando anticipamos todo lo que va a ocurrir y no nos dejamos sorprender. 

Caducamos cuando no sabemos apreciar los preciosos matices del día a día.
La magia del juego es esa, que sabemos cómo empieza y las reglas que tenemos, pero no podemos imaginar cómo va a acabar, porque todo ocurre durante la partida. Se puede remontar , se puede perder, se puede ganar, pero darse por vencido no es una de las mejores opciones.

Por todo ello, te reto a que juguemos, a que empecemos algo que no sepamos cómo terminará y que si en algún momento lo sabemos, no nos dejamos llevar por ello. Te reto a que dibujes cada día algo nuevo, algo que no conozcas y que admires lo que va ocurriendo. Te reto a que te dejes fluir , a que cambies tus planes, y empieces cada día sin saber cómo acabará. Juguemos a pensar que no tenemos fecha límite, a querer como si, cada día fuera, mejor que la anterior,
a disfrutar como si fuera la primera vez, a dar lo mejor de los dos…